«Son unos bárbaros que han venido a estas tierras para acabar con nuestra civilización. Sólo una respuesta contundente podrá salvarnos de tan terrible enemigo; eso y lograr que el valor no abandone nuestros corazones«
Kein la Bella, reina del clan de los Ciervos
Esta beligerante raza de poderosa complexión e instinto asesino llegó a las costas de Kirhan diez años atrás. Eran varios centenares de guerreros repartidos en dos docenas de barcos que desembarcaron ante la atónita mirada de los habitantes de una pequeña población pesquera que desapareció bajo las botas del invasor. El ejército estaba liderado por Dor Morgar, un despiadado líder que pretendía apoderarse del territorio en una rápida ofensiva. Este ordenó que los barcos fuesen destruidos y que con la madera se levantasen grandes hogueras. Tras darse un festín con la carne humana de cincuenta esclavos que llevaban en las bodegas de los barcos para contentar a sus despiadados dioses, el ejército fue tierra adentro y comenzó a atacar los asentamientos que encontraba a su paso sembrando el terror allí por donde pasaba.
Las batallas se sucedieron y los habitantes de la región consiguieron resistir ante la primera oleada de los fomorians pero, poco a poco, los brutales asaltantes fueron ganando terreno hasta que solo quedó en pie la poderosa ciudad de Dergos. Así dio comienzo el Asedio de Dergos, que duró varios meses y se cobró una gran cantidad de vidas en ambos bandos pero la situación se mantenía en tablas. Mientras, los jefes de varios clanes que todavía no habían perdido la esperanza, se reunieron en el bosque de Malinverno para planear un desesperado ataque sobre el ejército invasor.
Una gélida mañana de invierno, el ejército formado por los guerreros de más de siete clanes distintos, se lanzó contra la retaguardia de las fuerzas de Dor Morgar obteniendo una inesperada victoria. Justo cuando los fomorians estaban a punto de reagruparse, las fuerzas apostadas en Dergos abandonaron la protección que les brindaban los muros de su ciudad y atacaron a los asediadores por el otro flanco. Finalmente, la invasión pudo ser evitada y los agresores fomorian fueron aniquilados, expulsados y desperdigados a los cuatro vientos en un día que será recordado en los anales de la historia como el día en el que se libró La Batalla por Dergos.
Sin embargo, varios grupos de fomorians han logrado sobrevivir hasta el día de hoy, manteniéndose ocultos en lugares recónditos. Es frecuente que asalten y asesinen a los viajeros, lo que causa múltiples quebraderos de cabeza a los jefes de los clanes que no escatiman en esfuerzos para tratar de erradicar el problema de una vez por todas. Por su parte, los fomorian han aprendido como afrontar su difícil situación realizando escaramuzas y atacando solo cuando su enemigo se encuentra en clara desventaja.
Mucha gente piensa que no falta demasiado tiempo para que los últimos núcleos de resistencia desaparezcan, pero son algunos los que temen que llegará el día en que surja un guerrero fomorian con la suficiente capacidad de liderazgo para reagrupar a los supervivientes y hacerles retomar el lejano deseo de conquista.